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El líder norcoreano ha hecho del turismo una pieza central de su visión económica desde que tomó el poder hace casi una década, construyendo estaciones de esquí para atraer a los entusiastas de los deportes de invierno y las divisas. Sin embargo, con la propagación del coronavirus en China, Kim ha cerrado la frontera, cortando el mayor flujo de turistas. Además, el país asiático está siendo víctima de los cambios en los patrones climáticos del Ártico que calientan los inviernos y reducen los niveles de nieve en las laderas más bajas.