- mode_comment
Donald Tusk cayó en la trampa de Downing Street al referirse públicamente, por primera vez, a una estrategia conocida por todos, pero hasta ahora diplomáticamente obviada por la UE: la del juego de la culpa. La agresiva campaña orquestada por el Número 10 lleva semanas preparando el terreno para exonerar a Boris Johnson de cualquier responsabilidad sobre un retraso del Brexit, por lo que cualquier agitación de Bruselas servirá como munición para reforzar el papel de víctima que el premier prevé ejercer ante el electorado.